Así quedó Lugüercio. Foto: @Cristianddamico |
La vuelta de los visitantes a las canchas fue una jugada apresurada
de Daniel Scioli con la intención de mostrar poder de cara a las elecciones
presidenciales de octubre. Solamente habían reaparecido en algunos partidos en
el territorio de la provincia de Buenos Aires, donde él es gobernador. Si los
operativos policiales cuentan con prácticamente la misma cantidad de efectivos
que hace tres años (cuando todavía se jugaba con público local y visitante),
¿mejoramos como sociedad para que nuestro fútbol avance?
Se eligieron dos partidos como pruebas para ir, de a poco,
ampliando la cantidad de partidos con ambas parcialidades. Sarmiento-Defensa y
Justicia y Arsenal-Olimpo fueron los seleccionados, pero el vicepresidente del
club de Junín se negó por no contar con las instalaciones en condiciones para
hacerlo. “No estamos preparados para recibir visitantes, a nosotros nos supera”,
declaró en TyC Sports Horacio Martignoni, el vice.
A principio de año se estableció que todos los partidos se
iban a disputar únicamente con hinchas del club local, por lo que ningún club (a
excepción de los que participaron de las copas internacionales) realizó las
obras correspondientes para recibirlos. Tampoco se llevaron a cabo
modificaciones dentro de los estadios a lo largo de la temporada y estos están
en las mismas condiciones que cuando el regreso de los visitantes era algo
impensado. ¿Qué cambió para que de un día para el otro volviéramos a ver
partidos con las dos hinchadas? Nada. De hecho muchas veces se vieron problemas
entre fanáticos de un mismo club.
Solo hay que remitirse a lo ocurrido en la última fecha como
para que el ambicioso proyecto de Scioli se caiga. La Pandilla , barrabrava de Vélez,
hizo que el árbitro Jorge Baliño detuviera durante 11 minutos el encuentro
frente a Chicago. Colgaron una bandera con la leyenda “Tu estilo de Bida” y
algunos integrantes de la barra fortinera se colgaron del alambrado. Baliño lo
consideró como incitación a la violencia y esperó a que retiraran el “trapo”
para continuar el juego. Este partido se llevó a cabo únicamente con gente de Vélez
en las tribunas. En el partido entre Aldosivi y Lanús en el Estadio José María
Minella no llegó a arrancar que ya se había registrado un hecho de violencia en
el que los protagonistas fueron los barras de la visita. Arrojaron una piedra que
impactó en la cara de Pablo Lugüercio y por la buena predisposición del jugador
se disputó el partido. Apenas fue sustituido, fue llevado al hospital para determinar
el grado de la herida: una úlcera de córnea en el ojo derecho. Si el proyectil
se dirigía a la cara del Payaso con más fuerza hoy podríamos estar hablando de
una tragedia.
Bandera de La Pandilla frente a Chicago. Foto: infobae.com |
Poco antes de estos episodios, Miguel Ángel Russo reconoció
aprietes y la presencia de los violentos en Vélez. En Quilmes, club que preside
Aníbal Fernández, hace unos días amaneció con pintadas amenazando a los
dirigentes del club y reclamando entradas para una facción de la hinchada. En
estos días integrantes de la barra de Newell´s incendiaron la entrada al
domicilio de Ramiro Nieto, encargado de las transmisiones de Fútbol Para Todos
en Rosario, por no mostrar planos generales de la popular visitante con sus
banderas.
Con estos pocos ejemplos en menos de un mes, sin que haya
mejorado nada en la sociedad, con la misma cantidad de efectivos en las canchas
para menos público y aún se generan problemas, ¿avanzamos de alguna manera como
para que el fútbol argentino avance?
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